Se considera que los humanos, especie
dominante de la tierra, han avanzado increíblemente rápido en los aspectos de
tecnología, supervivencia y las ciencias del universo, sin embargo, se presume
que el 26 de mayo de 2024 fue la culminación total de la evolución humana. Ese
preciso día un humilde asistente de laboratorio descubrió las ramificaciones
para poder aumentar al cuerpo humano tecnología biótica en su estado crítico,
nunca antes visto en el mundo. Claro, que si un soldado en la Cuarta Guerra Mundial
perdía un brazo por el virus que se soltó en Norte América por la Unión
Soviética, que atacaba las extremidades del cuerpo y se lo tuvieran que cortar
para que no se esparciera al resto del cuerpo, se le podía otorgar un brazo
prostético capaz de llevar a cabo el noventa por ciento de las actividades de
un brazo normal. Pero esto era totalmente diferente. Si a uno le dieran la
bendición de poder aumentar a su cuerpo esta tecnología, este individuo podría
tener poderes súper-humanos, por decirlo así.
Pongamos como ejemplo queel individuo
decide ponerse piernas bióticas. Entonces, ahora podría caer de un cuarto piso
sin ni siquiera pestañear, correr a 120 km/h, y lo mejor de todo, podría, con
los ajustes precisos, escalar una pared vertical. Es más, cada adaptación sería
modificable. Para los buceadores, sus pies se transformaban en aletas para ir
mucho más rápido bajo el agua. Las posibilidades eran infinitas. Y eso que los
implantes biónicos no solo estaban limitados al exterior. Se podían implantar
pequeños discos en cada lado del cerebro que le permitían hacer cosas nunca
antes posibles. Uno podía ver en infra-rojo, aumentar su IQ, controlar
dispositivos personales solo con el pensamiento, prender el carro con la mente,
etc. Si bien hemos avanzado tecnológicamente, algunos historiadores argumentan
que nuestra capacidad intelectual no ha variado inmensamente desde nuestros
ancestros. El cerebro ha experimentado muy leves cambios, casi imperceptibles
desde la edad prehistórica, pero después de ese día, cualquiera podía aumentar
su inteligencia y, más importante, su potencial intelectual. El cerebro no se
cambia en lo absoluto, los discos solo le permiten romper sus límites.Sin
embargo, como todo lo demás en el mundo, todo dependía de cuánto estabas
dispuesto a pagar.
Jeff se encontraba mirando una pantalla
levitando en frente suyo. No le prestaba ninguna atención a la mujer sentada a
un lado.
-“Jeff,” la mujer dijo.
No hubo respuesta.
-“Jeff,” dijo la mujer en un tono preocupada.
No hubo respuesta.
-“Je,”
-“Qué quieres Eli, no ves que estoy ocupado!” dijo el hombre repentinamente, interrumpiendo a la mujer.
-“Lo siente, es solo que te…,”
-“Olvídalo, no es tu culpa. Es solo que a este imbécil le acaban de dar todavía otro premio. Acaso no tiene suficientes?”
-“Jeff,” la mujer dijo.
No hubo respuesta.
-“Jeff,” dijo la mujer en un tono preocupada.
No hubo respuesta.
-“Je,”
-“Qué quieres Eli, no ves que estoy ocupado!” dijo el hombre repentinamente, interrumpiendo a la mujer.
-“Lo siente, es solo que te…,”
-“Olvídalo, no es tu culpa. Es solo que a este imbécil le acaban de dar todavía otro premio. Acaso no tiene suficientes?”
Era el 2029, y en el monitor era visible la
celebración del quinto aniversario del
invento de la modificación
biótica al ser humano. El hombre que recibía el premio se llamaba Gustav Reags.
Era el billonario más joven del mundo en la actualidad, era el queaparecía en
las portadas de la revista Forbes, era la persona que poseía la mansión más
costosa en el mundo, actualmente valorada en 18 billones de dólares. Era él
quien inventó los aumentos biónicos. ¿Cómo lo
consiguió?, nadie sabe. Aparece un empresario de 22 años de edad, con una
promesa de un mejor futuro y nadie se pone a hacer preguntas.
-“Y pensar que solía ser el asistente de un laboratorio cualquiera,” pensó Jeff.
-“Y pensar que solía ser el asistente de un laboratorio cualquiera,” pensó Jeff.
Desde que logró patentar su idea con una
corporación internacional, se esparció tan rápido que sus primeros prototipos
estuvieron disponibles para realizar pruebas 6 meses después, y en 11
estuvieron listos para vender al público. Jeff, que trabajaba en un sector
justo al lado del de Gustav, como biólogo neurológico, había aplicado para ser
intercambiado al sector de Gustav. Se había hartado de su trabajo, atascado sin
respuesta alguna en un problema sobre aquello; quería incorporarse en el equipo
del Doctor Fleming, en ese entonces el jefe de Gustav. Le habían aprobado la
transferencia, pero dijeron que tomaría 3 días realizar el cambio. Jeff aplicó
el 24 de mayo de 2024. De haber aplicado un día antes hubiera sido incluido en
el equipo que hasta siempre hubiese sido recordado como el que “revolucionó la
evolución humana.”
No era solo envidia, a Jeff nunca le
convenció la idea de modificar nuestros cuerpos sintéticamente para poder hacer
cosas súper humanas. No era normal. ¿Desde cuándo
los humanos decidían si eran capaces de respirar debajo del agua, o volar? La
evolución se suponía que tomaba millones de años, a través de un proceso
complicado, no en el espacio de un día y medio mientras te removían tu pierna
anterior y te daban una biótica. Algo andaba mal.¿De dónde saca los recursos un don nadie de apenas veintidós años de
edad para comprobar una idea tan radical y tan nueva hacia el público, y que se
haga verdad así de fácil?
Fue un día que Jeff andaba husmeando por
las oficinas de “Reags and Boston”, la compañía de Gustav, que averiguó que tan
mal estaba la situación. Encontró dos gerentes tomándose un café cuando escuchó
algo que lo hizo poner atención.
-“¿Escuchaste lo que Reags dijo en la reunión hoy de tarde? “dijo uno.
-“¿Qué reunión?”- dijo el otro.
-“Así que no te invitaron. Qué tal…”
-“¿De qué hablaron? Me tienes que decir, sabes cuánto me interesan los nuevos descubrimientos para mi brazo biónico.”
-“Fue confidencial, no tengo la autorización para decírtelo.”
-“¡Ayy, vamos! ¡Cuéntamelo!”
-“Bueno, pero me debes una. Dijo algo de que si el nuevo prototipo no estaba listo a tiempo el maestro no iba a estar muy feliz que digamos.”
-“¿El maestro?”
-“No sé, me pareció que se refería a sí mismo en tercera persona. Cuando tienes tanta plata como él, a nadie le importa gorro, con tal de que reciban sus cheques al final del mes.”
-“¿Escuchaste lo que Reags dijo en la reunión hoy de tarde? “dijo uno.
-“¿Qué reunión?”- dijo el otro.
-“Así que no te invitaron. Qué tal…”
-“¿De qué hablaron? Me tienes que decir, sabes cuánto me interesan los nuevos descubrimientos para mi brazo biónico.”
-“Fue confidencial, no tengo la autorización para decírtelo.”
-“¡Ayy, vamos! ¡Cuéntamelo!”
-“Bueno, pero me debes una. Dijo algo de que si el nuevo prototipo no estaba listo a tiempo el maestro no iba a estar muy feliz que digamos.”
-“¿El maestro?”
-“No sé, me pareció que se refería a sí mismo en tercera persona. Cuando tienes tanta plata como él, a nadie le importa gorro, con tal de que reciban sus cheques al final del mes.”
Jeff sabía que tenía algo importante entre
sus manos. ¿Quién era este
maestro? ¿O era que Gustav finalmente le llegó la
fama a la cabeza?
Sin tener ni idea de lo que hacía, se
dirigió directo hacia la oficina de Reags, situada en el pent-house de la
compañía. Cuando abrió sigilosamente la puerta, se dio cuenta de lo enorme que
era. ¡La oficina en si era del tamaño de 9
oficinas de gerentes en el cuarto piso! Nunca iba a encontrar algo que le
revele la verdad sobre este misterioso hombre. Escuchó un ruido proviniendo del
baño, y corrió hacia el escritorio en la mitad del cuarto, para esconderse.
Este era del tamaño de un carro; era fácil no ser visto.
Cuando se volvió a parar vio que nuevamente
estaba solo. Bajó la cabeza, y encima del escritorio había una especie de
radiografía. Su corazón comenzó a latir rápidamente. Al mirar más de cerca se
dio cuenta de que era un cerebro humano, con los pequeños discos metálicos a
cada lado. Iba a bajar la imagen cuando le pareció ver algo raro, fuera de lugar.
Miró de cerca a los discos y ¡Santo Cielo!!! …. eran
discos, no de metal, sino totalmente biológicos. Eran una parte del cerebro,
con venas y arterias propias. ¿Cómopasó
esto? Era como si un humano hubiera nacido con esto, no había sido implantado. ¿Podía ser que tanto se modificaba lo exterior que el cuerpo ya comenzaba a nacer con implantes biónicos? ¡ No podía ser!!!. Este cerebro, según
sus cálculos, le pertenecía a un hombre de 27 años. Esta persona nació antes
que el descubrimiento.
¿Quién era este hombre?
¿Quién era este hombre?
Dio
vuelta a la hoja y vio escrito en letras pequeñas “Gustav Reags”.
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